domingo, 21 de enero de 2007

Entre lo urgente y lo importante

Este fin de semana ha sido extenuante para mi. Regularmente mis fines de semana no son tan relajantes como lo son para la mayoría de las personas (y como yo quisiera que fueran). En mi caso termino repartiendo mi fin de semana entre dar cursos, hacer tareas, estudiar para algún examen, ir a la iglesia, pasear un rato con mi familia, comer juntos y ver alguna buena película; y aún me faltan cosas que quiero hacer pero que, dado el escaso tiempo libre que me queda, deberán esperar, como terminar de leer "Criptonomicón" de Neal Stephenson o tocar mi saxofón (a pesar de mis vecinos) que en las últimas semanas ya se debe haber oxidado por falta de uso. Sin embargo entre ayer y hoy he tenido que atender asuntos urgentes del trabajo y por lo tanto interrumpido (o de plano cancelado) algunas de mis actividades cotidianas de fin de semana (por cierto, qué silencio hay en la oficina los domingos por la noche... ojalá así fuera todos los días).

He estado pensando que casi siempre vivimos empeñados en atender asuntos urgentes y olvidamos aquellos que son realmente importantes. Es necesario tener un balance entre nuestras actividades, dedicando a cada una su justo tiempo. Algo importante para mi es el tiempo que le dedico a mi familia: a mi esposa y a mis hijos; sin embargo he tenido que sacrificarlo algunas veces y me pregunto: ¿realmente estoy haciendo lo correcto reemplazando las cosas importantes por las cosas urgentes? No me atrevo a responderme.

Voy a tratar de encontrar el equilibro entre hacer las cosas que debo hacer y hacer las cosas que quiero hacer, y que no se vuelva una competencia entre ellas. Puede ser que eso implique cambiar algunas cosas, como ciertos hábitos, o incluso de actividades, pero pienso que vale la pena disfrutar cada día que vivimos, para crecer como personas con un propósito, y no hacer las cosas sólo por hacerlas o porque tenemos qué hacerlas sin siquiera disfrutarlas.

Hay un tiempo para todo, tiempo para lo urgente y tiempo para lo importante.

Hasta luego.

lunes, 15 de enero de 2007

Es hora de un buen café

"No tengo tiempo para escribir, mucho menos en un weblog..."

Y aquí estoy, escribiendo mi primer entrada de mi recién estrenado weblog -de acuerdo, lo llamaré blog. Es que el deseo de escribir y de compartir experiencias se vuelve incontenible, a veces insoportable, y es por esa extraña necesidad que tiene el ser humano de trascender y hacerse notar que he decidido comenzar a escribir en este espacio, donde las relaciones interpersonales y la exposición de ideas adquieren una relevancia tal que se corre el riesgo (si es que puede llamársele así) de enfrascarse en una lucha constante entre el cumplimiento de los deberes regulares, la lectura de los demás blogs y el mantenimiento del propio.

Así que procuraré darme tiempo para escribir. Quizá tendré sólo unos pocos lectores, o sólo sea yo, o tal vez me lleve la sorpresa de descubrir que muchos leen lo que escribo (no, mejor no me hago ilusiones, así duele menos...), de cualquier manera espero hacerlo. Posiblemente después de unas 51,966 entradas de blog (0xCAFE) haga un recuento, o mejor antes porque 0xCAFE (51,966) es un número muy pretencioso.

Por cierto, no me presenté, ¡qué descuidado soy! Me llamo Romeo Sánchez, consultor de informática, músico desde mi adolescencia, dibujante aficionado, lector asiduo de cualquier cosa, ansioso por aprender, apasionado por enseñar y otras cosas más. Luego les platico.

Por el momento es todo, no quiero tomar siempre un tono solemne, en realidad soy más relajado para conversar; pero como en todo, el primer encuentro tiende a ser formal; después con más confianza nos tomaremos un café y hablaremos como amigos que se conocen desde siempre y que no procuran guardar las apariencias. Creo que es hora de un buen café, ¿no creen?