viernes, 28 de septiembre de 2007

Abraham Laboriel: 'groove', sencillez y amor de Dios


Qué noche. Yo tenía muchas ganas de ver tocar en persona a Abraham Laboriel, el músico al que más admiro desde hace muchos años. Me acompañó mi esposa. Llegamos media hora antes, e hicimos fila. Entramos a la sala donde sería el concierto y fuimos a nuestros lugares: elegí unos donde se pudiera ver directamente al bajista.

El concierto comenzó. Inició un grupo llamado "Tercer Cielo". Tocan bien, por cierto. Después de tres canciones subió Álvaro López y su banda. Tocaron otras tres canciones y llegó Abraham... Abe. Dijo unas palabras de agradecimiento con su voz llena de ternura, me hizo llorar, e hizo una oración de agradecimiento a Dios por estar ahí. Yo también agradecía a Dios por estar ahí, por poderlo escuchar.

Tomó el bajo. Tocó el bajo. Lo hizo cantar. Improvisó. Me hizo llorar de emoción. Fueron dos horas en las que se combinaron el groove del Jazz, la sencillez de corazón de Abe y el amor que irradia por Dios. No podía ser de otra manera. Tocó "Waterwings" y "Look at Me", dos de mis canciones favoritas. Antes de cantar "Look at Me" cantó una canción sólo con el bajo llamada "Oh, Lord, you´re Beautiful", que dice: "Oh Lord, You're beautiful Your face is all I seek. For when Your eyes are on this child, Your grace abounds to me", y que fue en la que se inspiró, junto con Vinnie Colaiuta, para escribir "Look at Me". Cada vez que Abraham habla, su voz se quiebra al compartir del amor de Dios, que él mismo ha experimentado. Cada vez que él toca, transmite la emoción de alguien que ha dedicado toda su vida a la música y a transmitir un mensaje de vida a los demás. Su sencillez fue algo que definitivamente no podré olvidar jamás.
Salimos esa noche del concierto impresionados pero también con mucha paz, como dijo un amigo que estuvo también esa noche. Termino esta narración con una frase que me ganó Larry Carlton: "Hay muchos grandes intérpretes de bajo en este mundo, pero hay un, y sólo un Abraham Laboriel".
* Tomé algunas fotografías del evento esa noche, pero no fueron muy buenas (me falló mi asistente). Esta fotografía es del sitio oficial de ResQBand.

viernes, 14 de septiembre de 2007

La música y yo

Hace varios meses desde mi última entrada, lo sé. Qué imprudencia la mía, y no es que no tenga nada qué decir, sino todo lo contrario: creo que cada vez tengo más cosas en mente y menos tiempo para concretar algo y escribirlo. Lo importante es no perder a mis 2 lectores (casi alcanzo a Catón, que tiene 4).

Meses atrás, un amigo muy querido me sugirió, en uno de los comentarios del blog, que hablara de la música. Él sugirió el tema, supongo yo, porque hace algunos años tuvimos la oportunidad de tocar juntos en el mismo grupo musical; él tocaba la guitarra eléctrica y yo el bajo eléctrico (y mi esposa cantaba). Sin duda, una de las cosas qué más disfruto es la música. No sólo escucharla, sino también tocarla. Para los que no sepan, comencé a aprender música desde los 11 o 12 años, y en la actualidad sé tocar algunos instrumentos: el piano (y sus derivados, incluyendo los sintetizadores y hasta la marimba, ¿cómo la ven?), las guitarras (eléctricas y acústicas), el bajo eléctrico (o bass), la batería (me defiendo, me defiendo) y el saxofón (tengo un sax alto que compré por Internet hace tiempo, y que es la delicia de mis vecinos: en cuanto comienzo a tocar, ellos le suben el volumen a su música... no sé por qué). ;)

Me gusta la música porque me vuelve expresivo y me hace capaz de decir lo que muchas veces con palabras no puede hacerse. Una vez me preguntaron qué instrumento me gusta tocar más, y la verdad es que tengo dos favoritos: el piano y el bajo eléctrico. ¿La razón? No la sé exactamente, pero creo que es porque el piano me ayuda a expresar mi parte sentimental, y el bajo eléctrico mi parte rítmica, no sé, algo así. Lo que sí sé es que desde niño me gustó la música; mis papás no son músicos, pero mi tío Israel sí. Ahora que lo pienso, creo que fue por él por quien me decidí a aprender música (él no lo sabe, por cierto). No he tenido la oportunidad de tocar con mi tío, pero quizá en algún futuro próximo.

También me gusta la música por toda la relación que guarda con las matemáticas. De hecho, la música está rodeada de matemáticas y física: las frecuencias y los armónicos, la división de compases y la duración de las notas, etc. No creo ser un "gran" músico (en cuanto a perfección de ejecución) ni mucho menos un "gran" matemático (en cuanto a... lo mismo), pero me considero un aficionado a ambas.

Lamentablemente todas las actividades que tengo que realizar durante la semana me dejan poco tiempo para tocar música. Sí la escucho, pero no es lo mismo. Si llego a tener tiempo, un día de estos quizá me anime a subir algún sampler para que lo escuchen y me den su crítica, pero no prometo nada.

Si hablamos de géneros musicales, el que más me gusta es el jazz, y Abraham Laboriel es el máximo bajista de todos los tiempos (para mi gusto, pero tienen que oirlo alguna vez en su vida, por favor). Hay una página no-oficial, pero con buena información sobre él en este sitio.

Ahora ya lo saben: para mi próximo cumpleaños un CD de Jazz sería una buena opción ;-). Justamente hace unos días fui a comprar mis boletos para el próximo concierto de Abraham Laboriel en Monterrey y escuché un CD de Jazz que me gustó mucho (se llama "Jazz & 80´s vol. II"). Por cierto, ¿no les había dicho que mi esposa y yo grabamos un cassette hace varios años? (No, ya revisé mis blogs anteriores y comprobé que no les había dicho). Pues sí, fue una grabación pequeña, como de 12 canciones y poco presupuesto, grabado en un estudio improvisado por las noches cuando salía de trabajar. Es sencillo, pero nos gustó. Posiblemente algún día hagamos algo más formal, pero será cuando tengamos un poco más de tiempo libre (y más presupuesto, claro).

Bueno, me aproximo a la Coda (musicalmente hablando, o tag, o fade out) y quiero terminar diciendo que si hay algo que realmente exprese mis emociones y estado de ánimo, es sin duda la música.

Hasta luego.