jueves, 8 de marzo de 2007

Hribana' lii stale

"Te extraño mucho", en zapoteco. La lengua zapoteca es una de las más bellas lenguas de México, se habla en Oaxaca y es la que habla mi mamá. Desde niño la escuchaba hablar con mis tías y no entendía nada. Eso no ha cambiado, aún la escucho hablar en zapoteco y no logro entender más que unas cuantas frases, pero para mi es suficiente con oírla, aunque no comprenda.

"Aunque no comprenda...", lo dije como si siempre hubiera comprendido todo lo que me decía, y en español, pero la verdad es que no es así. No comprendemos lo que nuestras madres nos dicen, hasta que somos mayores y queremos que nuestros hijos entiendan eso mismo que nosotros no pudimos o no quisimos comprender. Ella siempre ha sido como muchas mujeres que tienen la enorme responsabilidad de cuidar que sus hijos sean hombres y mujeres de bien, educarlos, estar al pendiente de que hagan sus tareas, después de haber ella trabajado todo el día, ya en la oficina o en su casa, y que aún después de haber hecho todo eso se da tiempo para escucharlos y aconsejarlos. Sólo una mujer puede hacer todo eso.

Es precisamente ella quien me enseñó muchas cosas de la vida, a valerme por mi mismo, a esforzarme, a aceptarme tal como soy y a no sentirme intimidado frente a los problemas. Así son las mujeres del sur de México. Así es ella, una mujer que trabajó desde niña y que ha sufrido, pero que por su forma de hablar y sonreir pareciera como si sus alegrías hubieran sido mayores que sus penas. Eso es lo que yo quiero creer, y quiero hacer que sus alegrías sigan siendo muchas.

La extraño mucho, aunque le llamo por teléfono con frecuencia. La distancia hace más evidente la falta que me hace. Extraño esas ocasiones cuando platicábamos en la noche, mientras todos dormían, y le podía contar tantas cosas. Extraño cuando ella regresaba de la oficina y me llevaba un dulce. Extraño su mirada, tan profunda y tierna, que me dice tanto sin una sola palabra. Extraño sus comidas repetidas, porque sabía cuánto me gustaban, y todavía. Extraño su risa, sus historias tantas veces contadas, pero que ella las cuenta como si yo nunca las hubiera escuchado, aunque me las sé de memoria. Extraño sus palabras, que son las mismas palabras de su mamá, mi abuelita, y que, quizá inconscientemente, son las mismas palabras que ahora les digo a mis hijos.

Ella va a leer estas líneas pronto. Para ella (para ti) son estas palabras de su hijo mayor: "Nñaa, hribana' lii stale. Lii nga nannú pabiá nga nadxié lii".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HAY QUE BARBARO ERES BUENO PARA HACERME LLORAR!! ANDO LLORE Y LLORE DESDE QUE LE ESCRIBISTE A ESME A YARA Y A MAMA ....Y ME SALTA UN COMENTARIO QUE HACERTE...HAS ESCRITO MUCHAS COSAS BONITAS PERO OYE!! SOBRE FILU (PERDON FILU POR PONER EN EVIDENCIA TU IDENTIDAD) Y YO TUS HERMANAS TE FALTA POR ESCRIBIR
GRACIAS ESPERANDO UNA NUEVA SECCIÓN ESTOY A TUS ORDENES.
NALLELY (COMO YO ESCRIBO NO VOY A DECIR MI APODO)

Anónimo dijo...

Cuando lees buena letra, solo queda agradecer por que existan.
Es hermoso como el amor y la verdad son plasmadas de tal manera como esta.
Si, ha captado bien!...ha conocido la magia del sur: Sus mujeres.
Yo tambien extraño mucho, pero la sangre de ellas tambien me mantienen de pie...
Preciosas letras!...

GX